Una pareja de recién casados, se mudó para un barrio muy tranquilo.
En la primera mañana en la casa, mientras tomaba café, la mujer reparó a través de la ventana, que una vecina colgaba sábanas en el tendedero.
- Que sábanas tan sucias cuelga la vecina en el tendedero . . . !
Quizás necesita un jabón nuevo . . . ¡Ojalá pudiera ayudarla a lavar las sábanas!
El marido miró y quedó callado.
Y así, cada dos o tres días, la mujer repetía su discurso, mientras la vecina tendía sus ropas al sol y el viento.
Al mes, la mujer se sorprendió al ver a la vecina tendiendo las sábanas limpias, y dijo al marido:
- ¡Mira, la vecina aprendió a lavar la ropa! ¿¿Le enseñaría otra vecina??
El marido le respondió:
- ¡No, hoy me he levantado más temprano y limpié los cristales de nuestra ventana!
Y la vida es así.
Todo depende de la limpieza de la ventana, a través de la cual observamos los hechos.
Antes de criticar, quizás sería conveniente chequear si hemos limpiado el corazón para poder ver más claro.
Entonces podremos ver claramente la limpieza del corazón de los demás . . .
Ria Slides
5 comentarios:
Aisssss éso mismo me pasaba a mí, pensaba que había niebla constantemente, hasta que decidí limpiar los cristales y ví que resplandecía un hermoso sol (perdón, momento chorrón).
En serio, es una entrada preciosa para adapatarla a nuestras vidas.
Un beso, preciosa.
Bueno... eso de la niebla nos pasa a más de una, pero a veces no viene mal así te cotillean menos los vecinos.
Besotes grandotes.
Y cuánta razón tiene el texto....antes de criticar hay que mirarse a uno mismo...si es que...a veces nos pierde la lengua..
Besines
Anjali,ese poema no tiene que ver conmigo..es pura imaginación.
Besos.
Que cierto amiga...que cierto.............con tu permiso me lo copio.....gracias por compartirlo!
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